viernes, 29 de agosto de 2008

Stay tuned !

Me voy un par de días a una concentración de cojos.
Van a dar conferencias con títulos muy interesantes, como por ejemplo: ¿Por qué nos dejan los dedos al aire?
Yo, después de 20 días ya tengo mi propia teoría: para que puedas cortarte las uñas.
Si merece la pena, les cuento a la vuelta.


jueves, 28 de agosto de 2008

Nulla nuova, buona nuova.

Nulla nuova, buona nuova.
Esta expresión italiana de procedencia latina es la que da origen a la famosa frase anglosajona acuñada por James Howell en su libro "Familiar Letters" en 1645: no news, good news.
No hay noticias, buenas noticias. Que le digan eso a la madre del adolescente que perdió el móvil.

No tener noticias desconcierta, aunque los italianos llevan razón. Que también podría decir "los ingleses", pues encontrarán quien les diga que la frase en cuestión fue pronunciada por primera vez gracias a Jaime I, Rey de Inglaterra, en 1616 y con la siguiente sintaxis: "No newis is bettir than evill newis."

Nunca he creído las atribuciones de frases célebres a reyes, ni mucho menos las condiciones en las que se producen estos partos espontáneos de expresiones populares.
Dicen que fue otro Jaime I, Rey de Aragón, Valencia y Mallorca quien contestó a una labriega cuando esta le ofrecía 'leche de chufa' a su paso por Alboraya, en Valencia: "Això no és llet, és or, xata"
Se supone que la cosa gustó mucho a los campesinos y estos corrieron a casa y lo apuntaron en sus blogs para que el resto del mundo pudiera enterarse. Así consiguieron que a la bebida hecha de chufa, agua y azúcar se le llamara horchata en todo el planeta.
Claro. Benidorm se llama así porque en valenciano significa "Veniduerme" y es una estrategia de los hosteleros.
¡Que disparate! (¡Che quin destrellat!, que diría, supongo, el citado Jaume).

Yo prefiero pensar que la Real Academia Española de la Lengua no miente y que el término horchata viene del latín: hordeāta (hecha con cebada, quizá por conducto mozárabe). Compruébalo aquí
Y prefiero pensar que la expresión "No news, good news" ni es inglesa ni es cosa de reyes sino que es cosa del pueblo italiano; porque el pueblo es el que hace el lenguaje, y no los reyes.

Les decía que no tener noticias provoca incertidumbre, o tal vez debería decir que la agrava.
La ignorancia, sin embargo, no exige que la información se actualice, es demasiado arrogante y no necesita esas cosas. Pero el desconocimiento es misterioso y deja demasiado tiempo para construir canciones de cuna que vayan meciendo poco a poco a la razón hasta que se duerma.
No sé si Sócrates hablaba de algo parecido con su "sólo sé que no sé nada".
El conocimiento exige esfuerzo y paciencia, aunque Sócrates debía de estar hablando del conocimiento que conduce a la sabiduría y yo les hablo del desequilibrio emocional que provoca estar pendiente de una información que no llega y cuya existencia no depende de nosotros.

Afortunadamente, ese no es ya mi caso.
He vuelto a acudir al hospital con Pie; escrito con mayúscula, sí. Debo empezar a concederle privilegios de sujeto.
Ha sido bastante tenso porque no querían dejarme ver las fotos de su viaje y yo he pensado que igual es porque estaba muy feo o haciendo algo que no tocaba. No me fío mucho de él.
Al final las fotos estaban bien y Pie no salía muy feo, aunque le han dicho que tiene que seguir llevando collarín y ahora le han puesto uno más duro, aunque un poco menos aparatoso.
Ha pasado un poco de vergüenza porque ha tenido que desnudarse para que lo cambiaran de ropa, pero no tiene de qué avergonzarse: aunque está un poco feo de color en algunas zonas, está mucho más delgado que antes y ha recuperado su forma, el arco plantar y todo.
De todos modos, como es muy presumido, aún no sabe si pasará algún día por quirófano o no, pero yo creo que no va a ser porque ya tiene un tipito estupendo aunque siga siendo un cansino.
No le gusta estar desnudo, dice, porque entonces desaparece. No le gusta ser gregario y es un poco independentista.

Aunque lo quiero, siempre nos estamos pelando. A veces me gustaría que no estuviera, y supongo que él piensa lo mismo de mí.
De momento hemos hecho un pacto de tregua hasta dentro de una semana y media.
Él que se encargue de sus cosas, que yo me encargaré de las mías, pero que no dé la lata.
Luego siempre es el primero que coge el teléfono para hacerme rabiar.
Que se vaya, que se vaya lejos.
Y si puede no llamar, mejor.

Me he permitido la licencia de pintarrajear
un grabado de Goya sobre un archivo 'jpg'.
Ya lo hicieron Jake y Dinos Chapman con algunos
grabados originales y a ellos nadie les dijo nada.


miércoles, 27 de agosto de 2008

Viajar en T.A.C.

Hacerse un TAC es como hacerse unas vacaciones a un destino no recomendado. Es como viajar a Sierra Leona, Ingusetia, Haití o a Costa de Marfil, por poner algunos ejemplos.
Hoy he acudido con el pie, que ha llegado un poco antes que yo al hospital, para hacernos una tomografía axial computarizada. Ha sido un poco decepcionante. Más que nada por los preparativos que exige el trayecto, que te hacen suponer que debe de ser algo excepcional y único, pero yo no me he enterado de mucho.

Para empezar, necesitas un montón de papeleos antes de salir: visados, informes policiales, cartas de recomendación, declaraciones firmadas ofreciendo tu alma al diablo en caso de emergencia, planes de viaje, especificaciones del alojamiento de destino elegido, fracturas ... una pesadilla burocrática. De hecho queríamos haber salido antes, pero mi pie tuvo un problema con un talón para el talón y tuvimos que retrasar el viaje un par de días.
Por lo menos no hemos tenido que vacunarnos de nada, que también podría haber sido que nos hubieran puesto una inyección para que, si nos perdemos de noche, resplandezcamos en la oscuridad y puedan encontrarnos al destacar por contraste entre los indígenas (que por lo visto son negros o muy oscuros y no brillan ni nada.)

Tic, T.A.C., tic, T.A.C..., y como siempre pasa antes de los viajes, espera que te espera en un no-lugar con aire acondicionado y suplementos semanales caducados.
Por cierto, la putarizada no ha aparecido en ningún momento. Yo pensaba que tal vez vendría a la sala de espera o a amenizar el viaje o las colas para el buffet, o a quitarle la férula a pie, pero no ha sido así; pie se ha vuelto a casa con toda su ropita puesta.

Anuncian por megafonía.
- ¡Nuestro viaje, es nuestro viaje! -
Pie se ha puesto nervioso. Luego nos ha acompañado una azafata hasta nuestro asiento.
Eso sí que era bueno, una cama para nosotros solos, con espacio para las piernas, mucho espacio.
Lo que no me ha gustado es que nos han hecho esperar para poner sobre el colchón un mantel de papel como el de los chiringuitos, cortándolo desde el rollo y todo al más puro estilo mesonero, y como era la hora de comer y la cama parecía una mesa, he pensado que igual era todo un complot para que pie y yo acabaramos como plato principal de los médicos de guardia, que no tienen tiempo para salir a tomarse un menú.

Yo creo que los viajes en TAC son viajes en el tiempo, por eso deben de ser tan caros, y como yo ahora no soy el protagonista, al final solo le han dejado viajar a pie. Me ha sentado un poco mal, la verdad, pero él se lo merece (a pesar de ser un tirano insolente).
- ¿Futuro o pasado?
- Futuro, futuro, quiero ver si quedaré bien.
Los dígitos de las pantallas del aparato han comenzado a gesticular y a decir números raros: 196.24,134.67, 23º,340 ...
Creo que ha estado en el 2930 o algo así, tampoco me ha contado mucho.

Ha sido un viaje corto, como corresponde a los viajes en el tiempo. Puestos a controlarlo todo, ¿para qué hacer esperar a los demas?. Siempre puede uno volver a los dos minutitos y haber estado de fiesta dos o tres meses en un universo paralelo. Así no se enfada nadie.
Einstein decía que es al revés: que si viajas en el tiempo, cuando vuelves ha pasado poco tiempo para tí y mucho para los que quedan en este estrato de la fina telaraña espacio temporal. ¡Qué sabrá ese tío, si cuando él murió aún no existían los TAC! Si aún lo hubiera dicho Stephen.

La cuestión es que todo ha sido muy rapidito. Tanto jaleo para tan poca historia.
Aunque claro, lo importante es la foto, como testimonio de que estuviste allí y lo pasaste bien.
Pie ha contratado uno de esos servicios de fotógrafo corporativo, como los que hay en Aqualandia, Terra Natura o cualquier otro parque de atracciones, que te cobran por adelantado una foto en la que siempre sales con cara de autista, o mirándole el culo a una vieja, o sacándote un moco con los ojos cerrados... Son graciosas, pero yo eso para mí no lo quiero. Pie es de otra pasta, él se lo ha pedido. Supongo que, estando el hospital en Benidorm, es inevitable que dispongan de ese servicio tan hortera, por los turistas, digo.

A mí no me queda otra que esperarme a ver las fotos para saber cómo es el futuro.
Me muero de ganas.

martes, 26 de agosto de 2008

Percepción.


No sé si será cosa de los espíritus o de los esfuerzos adaptativos de mi organismo para afrontar la situación de alarma, pero cuando miro las fotos que me envía el pie no veo más que manchas y zonas borrosas o quemadas.
Será la tarjeta de memoria, que seguro que es de ofeta.

lunes, 25 de agosto de 2008

Cojos populares (No me refiero a Fraga)

La figura del cojo en la literatura popular no goza de buena salud.
Por lo general, el cojo es un personaje rastrero, cuando no arrastra una pierna arrastra su dignidad. Tal vez sea porque antes, al perder el cojo su capacidad de realizar trabajos físicos, que son los únicos que valora el populacho, no le quedaba más remedio que convertirse en pordiosero, incómodo para la vista y para el quehacer diario. Además, el cojo, de no ser que su lesión sea muy evidente, puede ser confundido con un estafador, un timador que se hace pasar por cojo para aprovecharse de la caridad de los demás.
El cojo habita con la picaresca y no siempre por necesidad.

Así lo hizo Miguel Pellicer, "el cojo de Calanda", en Teruel. Un mago ambulante sin escrúpulos, en realidad, o un 'performer' anticipado, como quieran ustedes. Tuvo la brillante idea de hacerse pasar por lisiado usando un truco de circo que contorsionaba y escondía su pierna derecha.
Le funcionó bien y estuvo parasitando la humanidad y los bolsillos de sus vecinos, pero el invento era incómodo y su avaricia quiso llevarlo más lejos.
Para terminar con la farsa evitando ser linchado decidió que iba a otorgarse el don de haber sido milagrosamente curado por la Virgen del Pilar, que le había hecho crecer la pierna incluso con las cicatrices que tenía antes de que se la amputaran.
Con un perfecto dominio de la creatividad conceptual posmoderna, al más puro estilo Joan Fontcuberta y con la ambición del dinero como bandera, perpetró un engaño mediático.
El espectáculo fue tan convincente que el Arzobispo de Zaragoza lo registró inmediatamente como milagro por intercesión de la Virgen el 29 de marzo de 1640 ante notarios y autoridades. La historia se hizo popular en toda Europa.
Seguro que en Calanda todavía hay más de uno que piensa que fue cosa de las sobrenaturales fuerzas del bien o de la magia de los extraterrestres del cuarto milenio, pero en el imaginario colectivo lo que queda de estas historias es que los cojos son unos farsantes.
Por no hablar del cojo Manteca, o Mantecas, que lo mismo es un revolucionario estudiantil destrozando carteles de metro que un monstruo comeniños que se los asa a la parrilla.

El cojo suele ser el malo; pero no el villano poderoso sino el acólito ignorante y traidor. Es malo por necesidad, por supervivencia, por lo que además de malo es chaquetero, ya que siempre actúa por su propio interés. A menudo huraño y solitario como el pirata Patapalo.
Los cojos son brujos, hechiceros o dioses del fuego, como Hefestos o el mismísimo Diablo, y están cojos como castigo por su desobediencia a los Dioses, por una insuficiencia espiritual.
Pobres, pobres cojos sin ética.

Esta concepción negativa del cojo se deja ver en muchos refranes castellanos.
Podemos clasificar los refranes de cojos según el defecto al que estos apuntan.

El cojo como impostor: No sé quien tendrá la culpa pero parece que al cojo no se lo cree todo el mundo. A menudo se le acusa de usar la cojera en función de sus propia suerte para evadir compromisos. Aquí hay algunos ejemplos que dejan al cojo como una persona quejica e interesada:
"No voy a misa porque estoy cojo, pero a la taberna me voy poquito a poco."
(Pueden cambiar "misa" por trabajo, casa de la suegra o la obligación social que más les disguste; la palabra "taberna" debe permanecer inmutable, sin embargo. España es así.)
"Cuando salta la liebre, no hay galgo cojo."
('Ánimalico', lo tendrán sin comer. Aún doliéndole le compensa la carrera.)
"Cojo con miedo corre ligero."
(No te fastidia...supervivencia una vez más.)

El cojo como estorbo, señalando directamente el defecto físico aunque solo se cite como ejemplo para criticar a otra persona. La cuestión es criticar y el cojo es un buen arma arrojadiza. Estos refranes son los menos dañinos para la imagen del cojo porque solo repiten lo evidente.
Sí, los cojos son lentos.
"Eres más lento que un desfile de cojos."
(no puedo evitar acordarme del videoclip "Thriller" de M.Jackson)
"Se coge antes a un mentiroso, que a un cojo."
(O si lo prefieren: "las mentiras tienen las piernas cortas")
"No te rías de un cojo sin saber como andas tú."
(Eso, que lo mismo te llevas dos hostias.)

El cojo como egoísta, egocéntrico y mala influencia de ignorancia contagiosa. Debe de ser porque no se mueve mucho y se acaba haciendo localista y criticón, de patio de escalera e informe de la barrida, "¡que se habrá creído el cojo de las narices!
Ve la paja en el ojo ajeno pero no la viga en el propio".
El cojo critica todo lo que ve porque está amargado y quiere repartir su miseria.
(¡Cáspita!, ese puede ser el caso de este blog. Sí, he escrito cáspita)
Aquí les dejo tres refranes que demuestran la bajeza espiritual del cojo:
"Todo cojo le echa la culpa al empedrado."
(Dando por hecho que él se cree solo una víctima del mundo.)
"Hablo el cojo en la puerta el manco."
(Como maruja envidiosa y torpe)
"El que va con un cojo, al mes cojea."
(Además cojea de la moral.)

Pero no se asusten, también hay cojos buenos. O tal vez debería decir cojos adaptados que no parecen malos, en la literatura que yo conozco, me refiero.
Además de otros cojos históricos como San Ignacio de Loyola, Shakespeare, Quevedo, Tayllerand, Walter Scott, Lord Byron o Roosevelt, hay reyes cojos y niños cojos que provocan compasión: como los niños creados por Charles Dickens o Victor Hugo. Pero mi preferido es un personaje que pasa desapercibido en una historia de la que es el co-protagonista:
El niño que delata el escondite del flautista de Hamellín.
Seguro que no necesito recordarles el principio de la historia: las ratas y el flautista mal pagado que se enfada y se lleva a los niños, pero pocos se acuerdan del final. El cojo inadaptado al que nadie esperó para la fiesta quedó fuera de la guarida cuando cerraron las puertas. Él fue quien hizo la llamada al 102 y dijo a los GEOS dónde se habían escondido exactamente.
Creo que era así.


Sirvan estas imagenes de mi cosecha para
ilustrar el cuento del cojo reinsertado.

Realizadas para la empresa de artículos de fiesta "Invercas".


domingo, 24 de agosto de 2008

Love is in the air

El video que les adjunto es una muestra de que el destino, esta vez transformado en estrategia comercial para una página web, tambien tiene otros amigos aparte de las maldiciones, los males de ojo, las fórmulas de la física y seguramente las musas de la creación. Esta vez se ha aliado con Cupido, el hijo de la guerra y el amor, el acomplejado, el arquero impertinente.

Se trata de dos "streakers", (esos personajes que saltan en pelotillas al terreno de juego de los campos de fútbol, baloncesto y eventos de todo tipo para protestar o conseguir fama), que se conocen por internet y quedan para verse por primera vez en una final de fútbol delante de un montón de personas. La Celestina de este encuentro es la página www.believeindestiny.com , cuya traducción en español es: 'creeeneldestino'.
Pues eso, creamos.




Aviso: Les pongo la versión sin censurar.
Salen 'un toto' y 'una pirindola'.
(Eso que te llevas)


sábado, 23 de agosto de 2008

El Karma, el destino y la maldición de Aurelio.

Si en otra vida fui dueño de una ortopedia en un barrio Chino y vendía artículos de saldo fabricados en Timor Oriental como si fueran nuevos, o bien fui una vaca de 450 kg. que se divertía pisando los metacarpos de los campesinos con síndrome de Down, me está bien empleado lo del pie. De otro modo, creo que la principal causa de mi lesión es la física.


Teniendo en cuenta que peso 83 kg. y que la caída se produjo desde una altura aproximada de un metro con ochenta centímetros, el hueso del talón del pie derecho -que cayó peor o cayó primero- recibió un impacto que podemos escribir de la siguiente forma:

Integramos la ecuación del movimiento para obtener la velocidad v de mi masa corporal en caída libre en cualquier instante t. Las condiciones iniciales son: v0 es el número de botellas de vino que se sacaron en la cena previa al impacto y t0 el tiempo duraron en la mesa.

Para integrar se hace el cambio v=z·vl.

Se deshace el cambio y se despeja v en función del tiempo (t-t0), Se llega después de algunas operaciones a la expresión.

La ecuación del movimiento se transforma en

Que se puede integrar de forma inmediata

La altura x del talón en función de su velocidad v es

Despejamos la velocidad v en función de la posición x y deducimos, por lo tanto, que: me dí un hostión terrible.

Es evidente que por muchas fórmulas que haga uno no es fácil engañar a las leyes de la física, o a lo que sea que representen las leyes de la física, que supongo que están muy bien expresadas en matemáticas pero que si pudieran hablar entre ellas no hablarían ni en inglés, ni en chino, ni en matemáticas. Tal vez pertenezcan al mismo mundo de capital etéreo al que pertenecen el Karma, el destino y las maldiciones. Están ahí y más vale que no se enfaden con usted.

Por lo visto, el Karma (lo pongo en mayúsculas por si las moscas), se pasa el día apuntando lo que está bien y lo que está mal, y el muy rencoroso se acuerda incluso de lo que hiciste en otras vidas.

- Perdone usted, señor o señora Karma, es que me ha apuntado usted que un día me cagué en la puerta de un hospital y un niño resbaló y se le cayó el helado en la caca y luego quiso cogerlo y ... bueno, no fue agradable pero .... es que yo entonces era un perro con 14 años que estaba esperando a mi dueño que estaba en urgencias.
- Eras tú y debes responder por tus actos. El que siembra rayos cosecha tempestades.
- Eso es cristiano y usted es una creencia central en las doctrinas del ayyavazhi, el budismo, el hinduismo y el jainismo.
- ¡Yo soy lo que me da la gana! ¡Venga, arreando! que me tienes frito con las preguntitas.

Y así funciona, todo el día protestando y de mal humor, bruñiendo el metal de la mirilla con sus propios párpados, todo el día con su ojo almendrado pegado a la puerta, bisbiseando y pensando que lo hace por nuestro bien y diciendo: "Es para que consigáis ser perfectos. Estais en el mundo por eso". ¡Gilipollas! (glups!)

Se comporta exactamente igual que los angelitos que te apuntan si vas a misa o no, solo que estos tienen mejor rollo porque son subcontratados. La faena, por lo visto, le tocaba hacerla a un tal Pedro y ellos no se preocupan demasiado de que salga todo bien. He oído incluso que están allí trabajando todos los angelitos negros y los que se quedaron sin papeles cuando el Papa cerró el limbo, no sé si porque había demasiada faena o porque no había ninguna.

La cuestión es que siempre hay alguien vigilando, y si no es porque te han instalado algún dispositivo parecido al tacómetro, seguramente no tóxico, para que hable por ti el día del juicio.
- Pero si yo no he hecho nada, oiga, ¿por qué tengo que ir a un juicio?
- Veenga, sácate el corazón que vamos a pesarlo.

Estos juicios tampoco son malos del todo. Al fin y al cabo esa ha sido tu partida, eso es lo que has hecho con el tiempo que te han dado, lo que queda ya es cosa del destino.
El destino es más viejo y tiene más paciencia, pero por otro lado es muy cabezón. Ya no atiernde a razones; intentas hablar con él y solo sabe de sus temas, no le importa nadie ya. Es posible que sufra Alzheimer pero eso sería terrible por que, de ser así, a lo peor las monjas misioneras que estan haciendo una labor verdaderamente buena se confundirían con los señores que se disfrazan de monja en las fiestas de los pueblos y se van a perseguir a los niños para darles besos en las rodillas. Y eso sería terrible, sí.

Yo creo que está aburrido, eso es todo. Es normal, el Karma es más activo, funciona con relación causa-efecto, tú haces esto y él te mete dos sopapos para que no te acostumbres. Incluso a veces te los pega por si acaso. Lo tiene todo muy bien atado y aún así tiene tanta faena que puede tardar siglos en contestarte.
Pero el destino es un viejo chocho, a mí me da un poco de pena. Lo veo en el banco , con las leyes de la física, que parecen tontas. Se reunen y no dicen nada, solo existen. Una junto a la otra, con cara de susto, como de autista fingido, delicadamente lentas como árboles de bosque encantado.

Pero su compañía no es suficiente para el destino.
Sólo lo he visto sonreír cuando vienen las colonias de maldiciones. Dicen que son las únicas que saben dónde hay que hacerle cosquillas para que se ría, aunque yo nunca lo he visto reírse.

Ellas son frescas y jóvenes, todas huérfanas. Hijas sin padre, de madres desaparecidas que seguramente perdieron algún juicio o lo perdieron todo, el juicio me refiero. Malas madres para unas niñas tan dañinas, aunque las niñas tal vez no tengan la culpa. También hay algún niño, el mal de ojo, pero no sale del autobús en varios días porque dice que, como es tuerto, lo reconocen enseguida y se ríen de él en la cara.

Hay una niña a la que llaman 'la maldición de Aurelio'. El nombre es más largo, pero no me atrevo a pensarlo entero por si acaso gira la cabeza y me ve, ya nos conocemos.
Debe su nombre a unas inscripciones que, aún pareciendo paleocristianas, no tendrán más de 60 años y que he visto por Segovia. Ella ha estado pendiente del esguince de mi compañera Ana, de la urticaria de Jaime, de mi fractura de calcáneo y del virus gastroinstestinal que recorría el palacio cuando lo abandoné. No he querido preguntar, creo que ya se ha cansado de hacer rabiar al destino.

Cuando las cosas ocurren con márgenes de probabilidad pequeños, como que te toque la lotería dos veces seguidas o que se sucedan las visitas al hospital por motivos distintos y en un periodo de tiempo pequeño siempre pensamos en el destino. La diferencia es que cuando las cosas son o nos parecen positivas pensamos en el destino, estaba escrito, yo me lo merezco , esta es mi vida y es fantástica, claro que sí.

Si hay dolor es cosa de las maldiciones, esas asquerosas niñas impertinentes que andan por ahí despertando a todo el mundo con sus asquerosas voces angelicales, desmadradas, sin perro que les ladre, ni piscina donde bañarse.
Mal rayo las parta.

no molestes a las imágenes

En este preciso instante, una niña rubia de ojos azules
como el hielo antártico, está bajando del autobús con
una merendera de plata y un
pararrayos.
No le hagan mucho caso, la conozco.


viernes, 22 de agosto de 2008

Este pie es un cachondo.

Una foto de mi amigo desde Japón.
Eso dice él, se ha creído que es el enanito de Amelie.
En fin, cosas de pies.


Al muy snob le ha dado por escribir en varios idiomas a la vez.


jueves, 21 de agosto de 2008

El hospital del Show de Benny Hill

De todas las recreaciones televisivas del mundo hospitalario la más divertida es esta. Todo un clásico. Humor de tartazo en la cara, caca, culo y risas de lata.







El Doctor Gregorio Casa ha hecho mucho daño.

Hablo del personaje de Hugh Laurie en la teleserie de éxito internacional, el Dr. House (siempre es divertido traducirles los nombres al castellano, se quedan en poquita cosa, pierden el aura).

Como ya habrán deducido, no me refiero a que haya hecho intervenciones quirúrgicas dolorosas, sino a que ha modificado de modo significativo la percepción que tienen los pacientes del colectivo médico y viceversa.
A mi eso me da igual, la verdad. Si alguna maruja acaba creyendo que va a acudir a darle un masaje pectoral el mismísimo James Bond o algún adolescente salido piensa que va a traerle la comida una pornstar argentina vestida de enfermera, me trae sin cuidado.
La gente es así. Tanto, que la Organización Mundial de la Salud publicó, ya hace casi un año, un informe evaluando la relación entre la imagen real del los médicos y la ofrecida por las teleseries.
(Descarga aquí el pdf )
Según este informe, la series hacen un flaco favor a la medicina porque generan un paciente poco dócil -porque cree que no es tan ignorante-, con demasiadas expectativas sobre un trato agradable y una eficacia en los tratamientos - algo que no siempre ocurre- y además se hace creer que todo sucede muy rápido y que los profesionales son multidisciplinares y que están todos 'buenorros', además se muestran las bajezas personales del colectivo médico (ya saben ustedes que los médicos ni comen, ni mean, ni tienen relaciones sexuales).

Pobres pacientes, ¡qué decepción!.
Lo que no entiendo es qué sentido tiene protestar porque no te sacan guapo en la tele.
A mí, personalmente, me parece una chiquillada que se anden quejando. Es como si el colectivo de artistas pusiera el grito en el cielo porque se les tacha de borrachines, locos antisociales y elitistas. Que digan lo que quieran, el profesional debe demostrar que lo es por sus actos.
Por otro lado, se critica mucho la falta de rigor científico en los procedimientos. Menos mal que es así y que el tempo está adaptado al formato televisivo.
Imaginen que House fuera un 'reality' y que yo fuera el protagonista del capítulo de hoy.
¡Vaya un coñazo!. Llevo 11 días esperando para saber qué tipo de fractura tengo exactamente.
Capítulo 123: Carlos espera una autorización del seguro para que le hagan un T.A.C.
Y así en los próximos 4 ó 5 capítulos. Vamos, que necesito un canal para hundirlo yo solo.
No señores, el tempo no es el mismo , no. Principalmente porque se trata de una serie de ficción.
Aquí queremos niños autistas que cojan un cáncer y lo suelten en cuatro horas y luego un capricornio, y un géminis, y luego parece que se muere pero no y todos contentos a dormir con la conciencia tranquila. Los malos rollos para ustedes y sus pacientes, que para eso eligieron esa carrera.

No debemos confundir ficción y realidad ni pretender que una teleserie sea un publireportaje o un tutorial de medicina, nunca llueve a gusto de todos. Como si pudiera yo enfadarme porque en la película sobre la vida de Van Gogh interpretada por Kirk Douglas en 1956 ("El loco del pelo rojo"), el protagonista insista en afilar sus pinceles con los labios, metiéndose óleos de principios de siglo (los de ahora también matan) en la boca, guiado por la locura creativa, sin tener en cuenta las cantidades de plomo, cobre o cadmio por citar algunos minerales nocivos. Van Gogh se suicidó, pero no así.

Pero a mí lo que me preocupa no es que el gran público, el rebaño, la masa, -de la que no me excluyo-, tenga atrofiada su percepción de la realidad y esperen que el actor de la teleserie les mire los callos en el metro; lo que me preocupa es que algunos médicos crean que deben cumplir las expectativas de ese público. El Dr. House es un canalla porque lo han dibujado así.
Si encontrara algún facultativo con la mitad de displicencia y arrogancia del personaje espero tener la fuerza e inteligencia suficientes como para decirle cuatro cosas y ponerlo en su sitio, y que conste que no he dicho nada de meterle el bastón por ninguna parte ni hacerle otras pupitas que prefiero no premeditar porque no se ha metido aún con mi madre.
El doctor poco amigo pero profesional no mola. El que sabe tanto, tanto que trata tu caso con el mismo compromiso con el que intenta hacer girar un hula-hop, es un mal médico.
Que usted es un profesional, (no es necesario que aluda a las "miembras" del colectivo, se da por hecho), lo sabemos todos. Si no fuera así, sepa que estamos en su consulta sólo porque no lo sabíamos o porque no tenemos otra opción, y que usted es el médico que nos ha tocado.
No quiero que seamos amigos, pero si lo somos no me importa.
Le diré más: a mí su vida tampoco me importa. Sin embargo, a usted tal vez le interesen partes de la mía si es que así va a hacer mejor su trabajo, si no, tampoco.
Salvo excepciones, los terrícolas van al médico por necesidad y damos gracias a los Dioses de las 11 dimensiones de las pelotas de Stephen Hawking por su existencia, pero si se pueden evitar, se evitan. ¡Vamos a llevarnos bien!

Relajémonos físicamente, telestéricamte, ¡ahora, quietorl!
Toda la verdad la tiene el Sr. Gregorio.
Gregorio Esteban Sánchez Fernández, más conocido como Chiquito de la Calzada.
"¡Una mala tarde, la tiene cualquiera! ¿Te '...cuen'?"

Paciencia brother.

A mí me gustaría que mi traumatólogo fuera como
Jennifer Morrison en el papel de la Dra. Allison Cameron.

A mi traumatólogo le gustaría que yo fuera como
Carmen Electra en el papel de paciente imaginario.


miércoles, 20 de agosto de 2008

El pie está apagado o fuera de cobertura

O se ha muerto o se ha ido de parranda. A juzgar por las imágenes yo diría que no quiere saber nada de mí. Se podría cachondear de su abuela.
Hasta la semana que viene no sabré nada de él. Hemos quedado para hacernos un T.A.C. y hablar de nuestras cosas. Les mantendré informados.
Si lo encuentran sean comedidos, está muy sensible.

martes, 19 de agosto de 2008

Hipocondriacos internautas.

Si por Google fuera yo me quedaría cojo de esta después de varias operaciones a lo largo de varios años, con mucho dolor y en un porcentaje de probabilidad muy alto. Además, seguramente, aunque no lo he buscado todavía, mis hijos y los hijos de mis hijos heredarían algún mal rollo congénito que haría que les picaran mucho las narices, o los ojos o directamente las pelotas. Buscar tus síntomas en internet es abrir la puerta de la cantina del averno y mirar qué hay de menú: todo desgracias.

También es cierto que cuando los terrícolas están contentos y no tienen ninguna fuerza gris que les ponga la pierna encima para que no levanten cabeza no invierten su tiempo en contar lo fantástica que es la vida y lo bien que besa su pareja, aunque deberían. Pero si lo hacen , ¿a quién carajo le importa?.
La gente busca enfermedades y dolencias por internet con espíritu pesimista, para confirmar que en efecto da mala suerte pasar por debajo de un gato negro, romper una escalera o que un espejo cruce por delante de tí. Buscamos para despejar los malos augurios, para echar de la repisa a los cuervos negros pero también para observarlos con vocación de ornitológo, no son tan feos. Será por esa cosa romántica de lo sublime que nunca he tenido clara o bien para vigilarlos de cerca, no sea que vengan y te saquen los ojos.

En efecto, la hipocondría es un mal negocio. Es la única afección que el hipocondriaco desestima, una patología del comportamiento que condiciona la vida de quien la padece y, aunque no podemos considerarla una enfermedad en sí, puede provocar reacciones psicosomáticas que generen dolor real, no de rey sino de dolor de doler. Es un trastorno somatoforme que crece como una planta cuando se la riega si se le dá importancia, y esto es mucho más peligroso si se tiene acceso a internet.

Terrícolas hipocondriacos: pueden ustedes tirar su manuales de Merk a la basura, Google lo sabe todo. Lo que no le habrán dicho es que Google tiene muy mala leche, bueno, en realidad es que no tiene capacidad de empatía como los humanos o los bonobos y no sabe que puede hacerle pupita. Si fuera por él, seguramente le contaría alguna mentira piadosa.
De momento, hasta que la tecnología cambie, es un hijo de Caín programado por el mismísimo Satán en las calderas del infierno. Le dirá justo lo que no quiera oir y se comportará como el genio de los chistes, malinterpretando sus deseos y concediéndole lo que pidió sin saber por no hablar con propiedad.



Por si Google fuera poco, he descubierto un par de páginas que requieren atención inmediata.
La primera incluye un test para saber si eres hipocondriaco o no.
( http://www.psicoactiva.com/tests/test13.htm )
Sólo por visitarla con la intención de resolver tan misteriosa pregunta ya deberían ponerte en letras grandes: "Sí, eres hipocondriaco/a." Lógico, aunque también caben el aburrimiento y la curiosidad. Las preguntas son evidentemente intencionadas, pero si son sinceros puede pasarles lo que a mí, que suspendan con nota. Un ocho he sacado, vamos , un desastre; y lo peor es que luego van y me sueltan: "Padece síntomas hipocondríacos, le recomendamos consultar con un especialista."
¿Pues no hemos quedado en que soy hipocondriaco?, ¡qué falta de tacto, por Dios!

La segunda es Medgle.
( http://www.medgle.es )
Un 'buscador de enfermedades' que usa los síntomas que usted va introduciendo a través de cómodos menús desplegables como criterios de búsqueda. La interfaz es gráfica y la imagen recuerda a las carnicerías de Carrefur, todo ordenadito y limpito para señalarlo con el dedo. Ideal para hipocondriacos con pocas ganas de estudiar nombres o que crean tener algún problema con la memoria.
Por supuesto, la he probado. Al margen del olor a betadine y formol que consigue emanar la página en una proeza sinestésica sin precedentes, hay otros aspectos malos a destacar.
Los textos están disponibles en 7 idiomas, pero la traducción a español es tan bizarra que da risa.
Podría darse el caso de que usted seleccionara como síntoma: "juerguista de comida".
La opción existe, y si la selecciona Medgle le dirá que padece un trastorno alimenticio.
Normal, mi abuela también lo habría sabido si hubiera hecho falta con los ojos cerrados.
Suerte tienen de haberse cubierto las espaldas con cláusulas de exención de responsabilidad, notas legales y avisos del tipo: "Medgle no sustituye al médico de cabecera". Manda huevos.

Usted llega a casa con una borrachera de vino que no se la salta un gitano olímpico y cae rendido en los bracitos de Morfeo, que parece haber estado haciendo pesas y está más atractivo que nunca. A la mañana siguiente, sus deposiciones (seámos técnicos: cacas es cursi, mierdas es feo -salvo para la obra de Piero Manzoni, en cuyo caso el término en cuestión es imprescindible- y heces más feo aún), les decía: sus deposiciones son negras como el alquitrán. Disculpen que me ponga escatológico.
¡ALARMA!. ¡ALARMA! .Se hace usted también caquitas a varios niveles emocionales.
- ¿Qué me pasa doctor? -le pregunta usted a Google con el mismo nivel de credibilidad científica con el que la madrastra de Blancanieves le preguntaba a su espejito mágico.
Una voz metálica existente solo en su cabeza contesta : Eso es hematoquecia , y es muy probable que usted tenga una úlcera de estómago en el mejor de los casos, porque también puede ser un cáncer de cólon.

Huelga decir que la coloración, en realidad, es debida a la cantidad de vino que tomó y al exceso de lentejas con chorizo que se le ha olvidado apuntar en la lista de lo que hizo ayer.
Si busca soluciones a sus problemas clínicos en internet, tenga en cuenta que la carrera de medicina dura varios años y que el proceso no acaba ahí. Aún así hay muchos médicos que no tienen ni pajolera idea de lo que están haciendo precisamente porque actúan de un modo sistemático atendiendo sólo a los síntomas pero no al paciente, desvinculando espíritu y "vil materia".
¿Vil materia? No me quiero poner tonto.
Póngase en manos de su médico de cabecera, tal vez sólo necesite ansiolíticos.

lunes, 18 de agosto de 2008

Stephen William Hawking NO tenía un Land Rover Santana del 88.

Siempre he creído que Stephen Hawking estaba así de malito porque cuando iba a vendimiar de pequeño le tocaba sentarse en el escalón que genera el hueco de las ruedas traseras dentro del habitáculo de un Land Rover Santana del 88. Sería algo así:


Ahora ya no lo creo. Mi nivel de inteligencia interpersonal ha aumentado considerablemente en poco tiempo y ahora dispongo de las capacidades cognitivas suficicientes para determinar que Stephen William Hawking no puede desarrollar una motricidad normal debido a sus pelotas.
Unas pelotas enormes y peludas que disminuyen gradualmente el funcionamiento de sus motoneuronas absorbiendo toda la energía vital que fluye de Stephen. Nada que ver con la enfermedad de Lou Gehrig o la elefantiasis. Nada que ver con el caballo de espartero ni con las pelotas del toro que se enamoró de la luna. Son las pelotas de Stephen, y son un becerro de oro que parece haber recibido todos los exvotos genitales de la era cristiana desarrollando un mutante sobrehumano que precisó de la transfiguración de Stephen, mostrando su auténtica naturaleza.

En 1963, cuando Stephen tenía 21 años los médicos le pronosticaron que no viviría lo suficiente para acabar su doctorado. Sin embargo, Hawking escribió:
"Aunque había una nube sobre mi futuro, descubrí para mi sorpresa que estaba disfrutando la vida en el presente más de lo que lo había hecho antes. Empecé a avanzar en mi investigación" [extraído de Wikipedia]
Al terminar de pensar esta frase, justo antes de pronunciarla, en esa precisa milésima de segundo, (tal vez una fracción menor que la milésima porque las cosas importantes de la vida pasan en fracciones pequeñísimas de tiempo), las pelotas de Stephen sufrieron un colapso gravitacional desencadenando la elaboración natural de combustible nuclear a niveles atómicos.
Esto, por supuesto, no es bueno para la salud de Stephen, ni tampoco el hecho de que su energía pueda entrar y salir con tarjeta V.I.P. de los agujeros de gusano en las 11 dimensiones del universo volviendo a su cuerpo inútil con resaca de iones negativos.

Cuando Stephen escribió en 2001 su best-seller de divulgación científica "El universo en una cáscara de nuez" sin duda se refería a sus pelotas. Es Miembro de la Real Sociedad de Londres, de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1989 y galardonado con la Medalla Copley en 2006. Es actual catedrático Lucasiano. Además, el Profesor Hawking tiene doce doctorados honoris causa, se le concedió el CBE en 1982 y fue designado Compañero de Honor en 1989, además de numerosos premios y distinciones más.
Es posible que sus nueces encierren "la semilla cósmica originaria" de la que surgió nuestro universo.

Graande Stephen , graande.

domingo, 17 de agosto de 2008

Mis pies en una fiesta

Creo que era Alf, el ochentero alien de Melmac, quien tenía la costumbre de fotografiar sus pies en las más diversas situaciones. Yo voy a hacer lo mismo.

Visión subjetiva del objeto que me convierte en portador de la fragilidad.
Porque mi pie es ahora un objeto frágil, pesado como un perro muerto pero delicado como la libertad de las mariposas, que si les tocas con los dedos las alas dicen que después mueren porque ya no vuelven a volar nunca y se agobian tanto que acaban desapareciendo.
Es como si cenicienta llevara puestos sus zapatos de cristal para volver corriendo por las empedradas calles que llevan a palacio. Menos mal que al menos perdió uno.
Es una matriz biónica generadora de huesos que necesita estar tranquila y ha elegido el peor sitio para anidar. Cosas de las matrices biónicas. Y lo peor de todo es que va a ser un embarazo lento y ella no está dispuesta a colaborar. Tranquilo pie, menos lobos.
Todo sea por la criatura, que nazca fuerte y dura.


El pie y unos colegas.

El pie de Carlos y José Carlos y Carlos y el pie de Carlos.


El pie volviendo, blanco a causa de la impresión.

Mmmm, huele a sal.

So payaso, me tiemblan los pies...


Siempre ha sido así.
Ya era hora de ponerse el uniforme.
Y todo gracias a mi querida Adriana - que me trajo este objeto mágico directamente desde el sol montada en el carro de Apolo - y al Gran Mimón, Conde de la Cucamona por los siglos de los siglos. Amén.

Allways look on the bright side of life

Pobre Brian.
No podía dejar de recordárles esta fantástica lección de vida propuesta por los Monthy Pyton.
Algunos pensaran que es cosa de bobos, otros creeran que es excesivo, que no es comparable, que no es necesario, que no es realista.
En cualquier caso, piensen como piensen, no dejen de silbar.

Pongo la versión original subtitulada en español. (silbidos melódicos)



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sábado, 16 de agosto de 2008

The begining

En agosto de 2008 treinta jóvenes promesas de la pintura de paisaje en España que formaban un comando de artistas pensionados, fueron enclaustrados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse del palacio del s.XV en el que se encontraban recluidos, hoy buscados todavía por los mejores museos del mundo, sobreviven como artistas de fortuna, si usted tiene algún problema y se los encuentra quizá pueda contratarlos.....

Yo estuve allí.
Voy a contarles la experiencia que me trajo de vuelta a casa en una de las noches con más estrellas del año lunar.

Domingo 1o de agosto de 2008. Noche de San Lorenzo -barrio de San Lorenzo- Segovia.
Los pintores pensionados, tras supervisar la efectividad de las barreras de contención para el encierro de reses bravas que iba a llevarse a cabo y velar por la seguridad de cuantos allí se encontraban sin más recompensa que la poesía y la belleza de la experiencia visual, se dirigían a completar su recorrido por el reino de las sombras para intentar sacar de la oscuridad los restos de sensibilidad que hubieran quedado atrapados por el frío de las mirada inertes que recorrían la plaza.

En ese momento, cuando todos mis compañeros se encontraban en perfecta armonía con los cuerpos celestiales, el calor de su meditación tántrica aumentó de modo espontáneo un par de grados Celsius la temperatura ambiente en dos kilómetros a la redonda.
Las bisagras de la puerta de chiqueros sufrieron una dilatación suficiente como para que la estructura del recinto no soportara la embestida de "Ventoso", un toro negro bragao meano de 550 kilos, que quedó suelto.


Los espíritus del mal tuvieron el capricho de hacer aparecer, en ese preciso instante, a cinco criaturas de no más de ocho años cada una, todas uniformadas y vestidas de domingo en una extraña ceremonia que me obligó a reaccionar. Iban a ser aplastadas en menos de tres segundos.
Con el atrevimiento que exige la premura de la emergencia, me abalancé sobre ellos cogiéndolos por sus pequeñas extremidades y ordenándolos en una suerte de cinta humana junto con la que pudiera saltar por encima del imponente astado, que ya venía ciego de odio, veloz y poseído por la ignorancia. Todo esto sucedió en 2'45 segundos. Los niños y yo volábamos literalmente por el aire ayudados por la fuerza del alíseo Segoviano y el resoplo de las musas.


Inevitablemente, la euforia se convirtió en locura, la locura en incertidumbre, la incertidumbre en miedo y el miedo en dolor, mucho dolor. El peso de los cinco niños más el mío propio y los cinco kilos de mi vestimenta ninja generaron una brutal energía durante la caída que fue absorbida por mi talón proyectándose inmediatamente desde el calcáneo al astrágalo provocando el estrangulamiento de este último y la fractura con desplazamiento del primero.


El diagnóstico está todavía por confirmar, esperamos que los Dioses sean consecuentes.
En este momento he cambiado los pinceles por las teclas y mi historial de búsquedas ya es ocupado por páginas como infoelder.com, donde aseguran que tienen todo para nuestros mayores. Este blog pretende ser un cuaderno de bitácora de mi viaje al futuro por la tercera edad. Algo tendré que hacer.

Esta es la historia que da paso a todo, la puerta a un nuevo estado de percepción.
Tal vez no sea totalmente cierta, pero a mí me gusta recordarla así.
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