sábado, 16 de agosto de 2008

The begining

En agosto de 2008 treinta jóvenes promesas de la pintura de paisaje en España que formaban un comando de artistas pensionados, fueron enclaustrados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse del palacio del s.XV en el que se encontraban recluidos, hoy buscados todavía por los mejores museos del mundo, sobreviven como artistas de fortuna, si usted tiene algún problema y se los encuentra quizá pueda contratarlos.....

Yo estuve allí.
Voy a contarles la experiencia que me trajo de vuelta a casa en una de las noches con más estrellas del año lunar.

Domingo 1o de agosto de 2008. Noche de San Lorenzo -barrio de San Lorenzo- Segovia.
Los pintores pensionados, tras supervisar la efectividad de las barreras de contención para el encierro de reses bravas que iba a llevarse a cabo y velar por la seguridad de cuantos allí se encontraban sin más recompensa que la poesía y la belleza de la experiencia visual, se dirigían a completar su recorrido por el reino de las sombras para intentar sacar de la oscuridad los restos de sensibilidad que hubieran quedado atrapados por el frío de las mirada inertes que recorrían la plaza.

En ese momento, cuando todos mis compañeros se encontraban en perfecta armonía con los cuerpos celestiales, el calor de su meditación tántrica aumentó de modo espontáneo un par de grados Celsius la temperatura ambiente en dos kilómetros a la redonda.
Las bisagras de la puerta de chiqueros sufrieron una dilatación suficiente como para que la estructura del recinto no soportara la embestida de "Ventoso", un toro negro bragao meano de 550 kilos, que quedó suelto.


Los espíritus del mal tuvieron el capricho de hacer aparecer, en ese preciso instante, a cinco criaturas de no más de ocho años cada una, todas uniformadas y vestidas de domingo en una extraña ceremonia que me obligó a reaccionar. Iban a ser aplastadas en menos de tres segundos.
Con el atrevimiento que exige la premura de la emergencia, me abalancé sobre ellos cogiéndolos por sus pequeñas extremidades y ordenándolos en una suerte de cinta humana junto con la que pudiera saltar por encima del imponente astado, que ya venía ciego de odio, veloz y poseído por la ignorancia. Todo esto sucedió en 2'45 segundos. Los niños y yo volábamos literalmente por el aire ayudados por la fuerza del alíseo Segoviano y el resoplo de las musas.


Inevitablemente, la euforia se convirtió en locura, la locura en incertidumbre, la incertidumbre en miedo y el miedo en dolor, mucho dolor. El peso de los cinco niños más el mío propio y los cinco kilos de mi vestimenta ninja generaron una brutal energía durante la caída que fue absorbida por mi talón proyectándose inmediatamente desde el calcáneo al astrágalo provocando el estrangulamiento de este último y la fractura con desplazamiento del primero.


El diagnóstico está todavía por confirmar, esperamos que los Dioses sean consecuentes.
En este momento he cambiado los pinceles por las teclas y mi historial de búsquedas ya es ocupado por páginas como infoelder.com, donde aseguran que tienen todo para nuestros mayores. Este blog pretende ser un cuaderno de bitácora de mi viaje al futuro por la tercera edad. Algo tendré que hacer.

Esta es la historia que da paso a todo, la puerta a un nuevo estado de percepción.
Tal vez no sea totalmente cierta, pero a mí me gusta recordarla así.
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